Crítica de Cerrar los ojos (2023): reseña y opinión de la película

“El último milagro de Erice”

Puntuación ⭐⭐⭐⭐⭐ (5/5)

Crítica de Dani Jiménez (@rosebudshears)

Puede que sea la crítica más especial que me ha tocado escribir, desde que colaboro para Historia del Cine.es. Una suerte, un honor y un milagro en sí mismo (la palabra milagro va a estar muy presente a lo largo de toda la crítica), porque Víctor Erice ha hecho un nuevo largometraje, lo cual ya de por sí es un milagro fílmico. Cerrar los ojos, la cuarta y la que parece que será la definitiva película del maestro, tuvo su gran estreno en el pasado Festival de Cine de Cannes, con polémica incluida.

Ahora, a pocos días de que se estrene en las salas de cine españolas, se vive un hecho histórico en el Festival de Cine de San Sebastián, al otorgarle el Premio Donostia de esta edición junto al de Javier Bardem y el de Hayao Miyazaki. Un círculo que se va a cerrar a todos los niveles, teniendo en cuenta que va a ser Ana Torrent quien le entregue el Premio Donostia durante la ceremonia. Y es que Erice vuelve al Festival de Cine de San Sebastián, después de que hayan pasado 50 años desde que ganara la Concha de Oro por El espíritu de la colmena (1973).

En Cerrar los ojos, Erice exorciza los demonios del pasado de su carrera, sobre todo con “El embrujo de Shanghai”, regalándonos una carta de amor absoluta al cine, desde la deconstrucción de la memoria y la perdurabilidad del medio en sí mismo.

Cerrar los ojos, critica y opiniones

Póster de la película

La película está protagonizada por Ana Torrent, Manolo Solo, José Coronado, Petra Martínez, Juan Margallo, María León o por Soledad Villamil, entre muchos otros. Cerrar los ojos tendrá su estreno el viernes 29 de septiembre, en las salas de cine españolas.

El embrujo de Erice

Lo que es notable e indudable en la figura de Erice, es la gran sensibilidad con la que se adentra en sus proyectos; de ahí, que hayan salido pocos. Cerrar los ojos refleja esa hipersensibilidad y esa expiación de aquellos trabajos que quedaron en el aire, como fue el caso de “El embrujo de Shanghái”, el cual acabó escribiendo un guion de la adaptación, pero que acabó por llevarla a cabo Fernando Trueba. Por tanto hay ese ímpetu de Erice muy marcado por exorcizar ciertos pasajes de su carrera como director que no llegaron a buen puerto, y también de los que acabaron siendo una realidad y los que le encumbraron como uno de los grandes directores españoles de todos los tiempos.

Si hubiera que definir de manera breve y sencilla a Cerrar los ojos, sería catalogándola como un réquiem al cine del director. Una película crepuscular propia del siglo pasado, que exhibe con una emoción y ternura la grandeza del cine y su perdurabilidad a lo largo de los años. Una especie de mirada hacia el pasado, que elude la nostalgia barata, pero sí consigue trasmitir una cierta melancolía que se hace inevitable.

No es una película perfecta, sobre todo su primer tramo de película es el que podríamos decir que más flojea, pero dentro de esa irregularidad que es palpable incluso para el más acérrimo fan del cine de Erice, consigue sumergirte en una historia de reencuentros, o dicho de otra manera, del gran reencuentro de Erice con su universo fílmico.

Tráiler de Cerrar los ojos (2023)

Una difícil aproximación

Siempre se ha dicho que trabajar con Erice no es nada fácil, y en parte se debe a que exige un grado de entrega a los actores en sus películas que es difícil de realizar incluso para los más experimentados. Aquí, aparte de tirar de actores que ya habían trabajado previamente con él, siendo el caso de Ana Torrent el más destacado, Manolo Solo y José Coronado son los dos actores que más protagonismo tienen dentro de esta historia que ha querido contar Erice después de tantos años.

Pese a parecer por momentos que estamos presenciando una serie de interpretaciones acartonadas por los actores, considero que es lo que se le pedía a la historia, porque era muy fácil caer en un terreno excesivamente dramático, y Erice siempre se ha caracterizado por cierta solemnidad y por mantener cierta distancia con respecto a sus personajes. En ese sentido, las interpretaciones de todo el elenco están a la altura de las circunstancias, evidenciando cómo no, las de Coronado y Manolo Solo. Coronado tiene un papel muy difícil y el cual exige de mucha mesura y de un gran entendimiento interno del personaje en sí mismo, consiguiéndolo con creces y siendo ese personaje que representa la deconstrucción de la memoria vital y fílmica de los dos protagonistas.

En el caso de Manolo Solo pasa un poco lo mismo, siendo algo muy medido y contenido, que acaba llegando a algo desgarrador. Es algo muy propio del cine de Bresson; es decir, esa capacidad de dirigir a los actores, de tal manera que lleguen por si solos desde esa contención absoluta hasta lo más hondo y emotivo, y con ellos los espectadores que lo están viendo.

Y se hizo la luz

La razón por la que Erice es considerado un maestro absoluto de nuestro cine, es por esa capacidad, por efímera que pueda parecerle a algunos, de condensar momentos de tanta belleza y de tanta poética visual, los cuales quedan para el recuerdo de la historia de nuestro cine. En Cerrar los ojos lo consigue en su recta final, con instantes que son un milagro absoluto, como si la luz se prendiese y surgiera vida de entre las cenizas del pasado. Esa manera en la que deconstruye el relato a través de la memoria colectiva y personal del personaje que interpreta Coronado, hacen que estemos ante otra gran obra maestra de Víctor Erice, por muy categórico que pueda llegar a sonar.

Es una película de cine dentro del cine, que desde una sencillez consigue esbozar una carta de amor al cine maravillosa, a la vez que sus ojos como director se cierran, siendo un final crepuscular que está a la altura de la grandeza del director del Espíritu de la colmena (1973) y El sur (1983). Es densa e irregular como he comentado, por lo que va a generar todo tipo de opiniones en contra y a favor de ella, pero de ningún modo va a dejar a nadie indiferente. Del mismo modo, Erice hace continuas referencias a cineastas que le han inspirado a lo largo de su carrera, siendo el más claro y evidente el de Carl Dreyer.

Conclusión:

Cerrar los ojos es una película irregular, imperfecta y densa por momentos, pero que aún y todo consigue alzarse como una gran obra maestra. El ejercicio que hace a través de la memoria colectiva y fílmica, a modo de carta de amor y de despedida al cine, hacen de esta película de Erice todo un milagro a ser reivindicado y celebrado por nuestro cine. El maestro no ha decepcionado pese al ruido que hubo desde el instante que se supo del proyecto, quedando una película para la posteridad, con momentos tremendamente mágicos que no hacen más que atestiguar la grandeza de Erice y sobre todo de su gran legado cinematográfico.

Ficha técnica:

Cerrar los ojos (2023)

  • España
  • Duración 169 min.
  • Dirección: Víctor Erice
  • Guion: Víctor Erice, Michel Gaztambide
  • Música: Federico Jusid
  • Dirección de fotografía: Valentín Álvarez
  • Productora: Coproducción España-Argentina; Tandem Films, Pampa Films, Pecado Films, Nautilus Films, Movistar Plus+, Canal Sur, RTVE
  • Género: Drama

1 comentario en «Crítica de Cerrar los ojos (2023)»

  1. Muy buena película con interpretaciones magistrales de Manolo Solo y Jose Coronado. Aunque un poco larga, no se hace pesada en ningún momento, y su final, con el gesto de Coronado cerrando los ojos, lo dice todo. Una obra maestra.

    Responder

Deja un comentario