Crítica de Crímenes del futuro (2022)
Cronenberg hila una premisa audaz con los elementos provocativos a los que nos tiene acostumbrados
Puntuación ✪ (4/5)
Crímenes del futuro (2022) es la nueva cinta del controversial director canadiense David Cronenberg, conocido por películas como Crash (1996), Una historia de violencia (2005) y Promesas del Este (2007), por nombrar algunas de sus producciones más aclamadas.
Una de las señas de identidad de este cineasta es el “body horror” o “horror corporal”, un subgénero presente en el cine de terror donde se producen alteraciones intencionadamente grotescas del cuerpo humano, plasmadas de manera explícita, sin tapujos.
Desde el inicio de su carrera, Cronenberg ha integrado estos elementos en su filmografía y ahora vuelve a esas raíces con un thriller lleno de secuencias alucinantes y un planteamiento intrigante.
Ambientada en una sociedad distópica donde el dolor y las infecciones han desaparecido, la historia sigue a Saul Tenser (Viggo Mortensen) un artista performativo que tiene la capacidad de generar nuevos órganos dentro de su cuerpo y su amante Caprice (Léa Seydoux). Juntos, crean un show de gran éxito que llama la atención de la Oficina de Registro Nacional de Órganos y un grupo de evolucionistas radicales que tienen una propuesta peculiar para Tenser.
Póster internacional
Lo primero que salta a la vista es el cuidado trabajo en el apartado técnico de la cinta. El diseño de producción de Carol Spier recrea con gran nivel de detalle el mundo futurista y retorcido imaginado por Cronenberg. Espacios estériles, laboratorios tecnológicos de aspecto rudimentario, oficinas controladas por burócratas y aparatos domésticos que se asemejan a instrumentos de tortura. Mención especial para la silla rotativa en la que Tenser se alimenta y la cama con forma de sarcófago donde reposa la pareja.
La fotografía de Douglas Koch utiliza una paleta de colores que prioriza los tonos oscuros, con los grises y negros tomando protagonismo, en conjunción con el ambiente sombrío y carente de emoción que rodea la historia. Además, las secuencias largas dan lugar a una variedad de planos que le dan sentido a la narración y crean un efecto de tensión continua y agobio durante el metraje. Desde master shots que unen y separan a dos personajes en una misma escena hasta los primeros planos de Saul mientras realiza sus demostraciones con ayuda de Caprice.
Toda la composición visual está planificada con precisión y el uso de la simbología empleado de forma elegante, creando una relación especial entre el cuerpo humano y el arte en un marco que sorprende por su cualidad profética y paralelismos con el sensacionalismo de la sociedad actual. El vestuario de Mayou Trikerioti presenta diseños memorables que contextualizan el mundo interno de los personajes y se quedan grabados en la retina, como el traje negro con capucha de Saul y el vestido rojo de Caprice.
El maquillaje es clave para llevar a buen puerto algunas de las escenas más grotescas de la historia y afortunadamente cumple con sobresaliente. La variedad de heridas, modificaciones corporales y órganos multiplicados que se muestra en pantalla ostenta un nivel de atención al detalle capaz de estremecer a cualquier espectador. La música de Howard Shore es otro elemento que ayuda a construir un ambiente siniestro a través de composiciones con un aire tecno-futurista y avant-garde que caza muy bien con el tono existencialista de la propuesta y se posiciona como una de las mejores bandas sonoras del año. Otro trabajo memorable del compositor canadiense.
Crítica de Crímenes del futuro 2022
Las actuaciones son otro punto notable en la cinta. Viggo Mortensen entrega una excelente actuación, aportando matices a Tenser y contextualizando la obsesión de su personaje por encontrar nuevas formas de expresarse artísticamente. Como su contraparte, Léa Seydoux hace gala de su magnética presencia en pantalla y dota a Caprice de un intelecto y misterio que la convierte en un personaje fascinante. La química entre Mortensen y Seydoux es palpable en todas las escenas que comparten juntos y componen una extraña pareja de forma orgánica.
La actriz Kristen Stewart es memorable en sus breves apariciones como Timlin, una trabajadora de la Oficina de Registro Nacional de Órganos. El tono de voz bajo y carraspeante que usa Stewart en este personaje puede resultar algo chirriante a primera vista, pero casa muy bien con la personalidad de esta mujer que oscila entre la devoción por su trabajo y la creciente fascinación que despierta Saul en ella. Otro excelente trabajo de Stewart luego de su interpretación nominada al Oscar como la Princesa Diana en Spencer (2021).
Por otra parte, el actor norteamericano Scott Speedman (la saga de Inframundo) encapsula los ideales de los insurgentes evolucionistas y logra un balance delicado entre las intenciones ocultas detrás de su causa y las repercusiones de una tragedia personal.
El guión, escrito por Cronenberg, es el elemento capaz de generar opiniones divididas. Bajo los postulados de La Nueva Carne, la historia es un recorrido por conceptos como el transhumanismo y la relación del arte con la sociedad. Todo a través de diálogos que asombran por sus cualidades crípticas y sugerentes dentro de un subtexto existencialista. El regreso a los planteamientos de Crash (1996) donde el deseo sexual se desdibujaba y reconstruía en la conexión de hombre y máquina adquiere una nueva dimensión en Crímenes del Futuro con la simbiosis definitiva entre el dolor suplantado por el placer y la alienación de las relaciones humanas.
Cronenberg hila una premisa audaz con los elementos provocativos a los que nos tiene acostumbrados, pero en esta ocasión no exprime todo el potencial de su tesis argumental y queda la sensación de que estamos ante una obra incompleta. Aún así, su lectura central posee un valor especial y hace eco en la actualidad. La evolución es un leit motiv recurrente que encapsula toda la narración. Se trata de los cambios que se producen en la sociedad y las nuevas tendencias que se abren paso en los distintos sectores de la misma.
El arte y la cultura evolucionan hacia nuevos rumbos, al igual que la manera en que los individuos se relacionan y las viejas costumbres dan paso a las tendencias de la modernidad. Aunque es difícil aceptar ciertos cambios, el proceso sigue un curso fijo sin detenerse hasta llegar a la meta final. Los insurgentes evolucionistas llegan para quedarse. Una reflexión compleja que Cronenberg une con esmero en esta obra postmoderna.
Crítica de Cristian Pestana
Ficha técnica:
Crimes of the Future (2022)
- Canada
- Duración 107 min.
- Dirección: David Cronenberg
- Guion: David Cronenberg
- Música: Howard Shore
- Dirección de fotografía: Douglas Koch
- Productora: Coproducción Canadá-Grecia-Reino Unido-Francia
- Género: Ciencia Ficción y terror