Crítica de Blue Jean (2022): reseña y opinión de la película

Una gran interpretación

Lo que hace Rosy McEwen en el papel protagonista es difícil, una hazaña interpretativa, que quizás no hace mucho ruido en la temporada de premios, pero que el tiempo siempre le acaba dando el valor que se merece. Ante un personaje tan complejo y con tantas capas, era fácil salirse y acabar haciendo algo muy superficial o melodramático, pero Rosy McEwen consigue encandilar y emocionar desde una contención que hace que sea una grandísima interpretación.

El no volverse melodramático también es algo positivo a destacar de Blue Jean, y en lo que se refiere a la dirección de actores, se nota que hay un gran trabajo detrás. No solo la protagonista hace un trabajo excepcional, en líneas generales, la película cuenta con unas interpretaciones muy bien logradas, que parten desde un naturalismo muy marcado y acentuado creo yo, por parte de la directora. El trabajo interpretativo de Kerrie Hayes y de Lucy Halliday también es muy notorio, encarnando dos personajes secundarios que dan mucha vida a la trama y que consiguen tener momentos de máximo virtuosismo en pantalla.

Muy necesaria

Historias como la que vemos en Blue Jean son necesarias, porque a veces hay cierto miedo en la ficción a retratar ciertos arquetipos, por el mero hecho de que pueden llegar a ser más ambiguos de lo habitual y por ende menos definidos. En una época en la que todo parece que tiene que estar claramente expuesto, se agradece que haya personajes en la ficción que no sean políticamente correctos, y que reflejen una realidad partiendo desde un lugar honesto.

Cierto que se desarrolla en otra época y que las cosas han cambiado para bien, pero considero como espectador que se necesitan más personajes LGBTI como el que vemos en Blue Jean, imperfectos, que a veces no sacan su mejor versión porque son seres humanos y que en el fondo atestigüen la complejidad que acarrea el mostrarse tal y como uno es, ya no solo en este caso mostrando con orgullo tu orientación sexual, sino también lo podríamos considerar en otros ámbitos de la vida. Eso hará que los personajes sean más realistas, y que por tanto podamos identificarnos con sus luces y sus sombras, a la vez que abrirá temas de conversación que puede que sean sanos de tener.

Conclusión:

Blue Jean es una más que digna ópera prima, que consigue encandilar al espectador a base de una sólida trama argumental y su interesante enfoque dramático. Tiene imperfecciones que son comprensibles en un primer trabajo, pero la personalidad está ahí, se palpa con notoriedad, lo que hace que este primer trabajo de Georgia Oakley, haya dejado un gran sabor de boca. El trabajo de dirección de actores y las distintas interpretaciones, destacando la de Rosy McEwen, es absolutamente formidable y eleva la película constantemente.

A nivel técnico no es una película que se aleje de cualquier película independiente británica del momento, pero lo que la diferencia es la voz propia de la que está dotada, lo que por otra parte supone siempre un mayor riesgo, pero también resultados más sorpresivos y excitantes.