Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022): reseña y opinión

“Un Iñarritu intoxicado por el ego”

Puntuación ⭐⭐✪✪✪ (2/5)

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades es el nuevo largometraje del aclamado y oscarizado director mexicano, Alejandro González Iñarritu. Después de que hayan pasado varios años desde su última película que le valió su segundo Oscar como Mejor Director, Iñarritu vuelve con un ejercicio autobiográfico que no ha dejado indiferente a nadie desde su estreno mundial en el pasado Festival de Cine de Venecia.

El director plasma su visión de cómo ha sido ser un inmigrante latino en Estados Unidos durante tantos años afincado en este último, llevándolo a lo existencial e histriónico. Con innumerables recursos cinematográficos que recuerdan al cine de  otros directores como Federico Fellini, Andrei Tarkovsky o Terrence Malick, la película ha tenido cierta polémica debido a ello; ya que muchos lo consideraban directamente un plagio, y no una simple inspiración de la que partir por parte de Iñarritu.

La película está protagonizada por Daniel Giménez Cacho, Ximena Lamadrid, Griselda Siciliani, Andrés Almeida o por Mar Carrera, entre otros. Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades llegará a las salas de cine españolas este próximo viernes 4 de noviembre, antes de que pase a formar parte del catálogo de Netflix.

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades crítica y opiniones

Póster de la cinta

Pasado de rosca

Es incontestable que Iñarritu, conectes más, conectes menos, es un cineasta que ha sabido labrarse un prestigio y hacer largometrajes muy elevados y diferenciales. En esta ocasión, se pasa de rosca al intentar un ejercicio muy rebuscado, sin tener la solidez necesaria como para desarrollarlo y de esa manera llegar al espectador con un buen golpe. La premisa de abordar la visión de alguien como él, quien ha vivido tantos años en Norte América, y conocer sus apreciaciones más personales sobre su tierra natal y el cómo ha sido para él ser un artista buscándose el pan en el extranjero, era algo que suscitaba mucho interés a priori.

No obstante, se ve diluido por esa ambición del director por generar imágenes muy grandilocuentes y romper con el modelo que se podía llegar a esperar de un filme de esta índole. Llamémoslo ambición, llamémoslo ego personal por seguir demostrando lo gran director que es, el hecho es que la película no funciona porque Iñarritu no sabe cómo compaginar esa egolatría con su relato personal.

Un Guido no tan Guido

Una de las películas con la que más se ha comparado este filme, es la obra maestra de Federico Fellini, Ocho y medio (1963). En ella, un director de nombre Guido (interpretado por el legendario Marcello Mastroianni) sufre de una crisis existencial y artística durante el rodaje de uno de sus largometrajes. Iñarritu, pese a pretender de primeras abordarlo desde un plano más social y político, cae en esos aires de grandeza de director consumado un poco por la vida con el desarrollo que le da a su protagonista, lo que conlleva que se aproxime bastante en algunas cosas a la obra de Fellini. Sin ir más lejos, el comienzo y el final del filme es un calco de la película de Fellini, sobre todo el inicio de él que es prácticamente igual al de Ocho y medio (1963).

La pregunta que suscita elecciones y recursos como estos que vemos en Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, es si Alejandro González Iñarritu no tiene la personalidad suficiente como para adentrarse en un reto de este calibre sin recurrir de forma tan impostada a las ideas y recursos cinematográficos de otros directores que le han precedido. Considero que Iñarritu debería estar por encima de esto, porque en vez de audacia y asombro, delata más ciertas inseguridades que sigue albergando dentro de él como director; algo que por supuesto, no es algo malo, pero que tampoco puede dominarte.

Crítica de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades 2022

La sencillez está infravalorada

Hay directores que cuando se mantienen fieles a lo que ellos son destacan, pero cuando tienden a sacar a relucir su narcisismo autoral se ven desvanecidos, como hemos dicho anteriormente. En este caso y siendo dos directores muy diferentes entre sí, Iñarritu me recuerda a lo que suele suceder muchas veces con Christopher Nolan; es decir, bien te hace una película apabullante como Dunkerque (2017) a hacerte una basura pretenciosa como Tenet (2020). Aun así, sí creo que Iñarritu tiene más autoría y recursos de cineasta que Nolan, por lo que me ha sorprendido para mal que se haya traicionado a si mismo de tal manera.

En cuando a los  aspectos técnicos se refiere, es evidente que no encuentras algo que roce la mediocridad. Es la película más grandiosa en ese sentido y con la que mayor presupuesto ha contado de todas, pero sigo creyendo firmemente que es en lo sentido y más honesto del relato cuando la película encuentra algo de luz propia. No encaja todo este intento híbrido de hacer algo cinematográficamente desbordante, si no hay ideas claras y sólidas como comentaba anteriormente y cuando tratas a tu audiencia con tal condescendencia.

Conclusión de nuestra opinión

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, es lo que podría haber sido la película más personal y honesta de Alejandro González Iñarritu, pero que por culpa de su narcisismo como cineasta no consigue serlo. La inspiración o los recursos que utilizas de predecesores no pueden ser la piedra angular que sustente tu propuesta como creador, con el afán de hacer algo cinematográficamente grandioso y sorprendente.

El hecho de que haya recortado el metraje de la película, puede que sea una buena señal de que él mismo ha visto cierto error de fondo y forma en lo que ha pretendido hacer; aunque siendo sinceros, ello no la va a salvar de ser una película pedante. En definitiva, él no es Tarkovsky, ni tampoco Fellini, pero cuando se limita a ser Iñarritu, es cuando vemos lo más interesante de su cine.

Crítica escrita por Dani Jiménez

Ficha técnica:

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022)

  • México
  • Duración 174 min.
  • Dirección: Alejandro González Iñárritu
  • Guion: Alejandro González Iñárritu y Nicolás Giacobone
  • Música: Bryce Dessner
  • Dirección de fotografía: Darius Khondji
  • Productora: Estudios Churubusco, Redrum. Distribuidora: Netflix
  • Género: Drama y Comedia

Deja un comentario