Crítica de ‘Ahora sí, antes no’

Crítica de 'Ahora sí, antes no'

La dificultad del autorretrato

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Ahora sí, antes no (2015)

Como había leído sólo buenas palabras sobre la película, y ya que el cine ha estado barato estos días, me animé a verla. 

El experimento que propone Ahora sí, antes no (2015) del director de cine surcoreano Hong Sang-soo consiste básicamente en contar la misma historia dos veces: una anécdota con pintas autobiográficas en la que un director de cine de autor se “fija” (utilizad el verbo que queráis aquí, yo estoy confusa) en una joven pintora a la que conoce con motivo de un pase de una de sus películas. 

En la primera versión de la historia, las intenciones del director son claramente deshonestas con su joven amiga. Le habla como sabe que hay que hablarle a las mujeres y le esconde lo que debería decirle: que está casado. Los propósitos egoístas del director quedan al descubierto por su propia torpeza y la joven lo acaba rechazando desencantada.

En la segunda parte, la actitud de él se pretende completamente diferente.Se acerca a la joven con sinceridad, y le confiesa estar dolorosamente enamorado de ella, pero también que nada podía pasar entre ellos porque él tenía ya una familia.

 Aún así le agradece que le haya dado la posibilidad de sentir tales sentimientos, que atesorará de por vida. En este caso, en el momento de la despedida, la joven le promete que seguirá viendo sus películas para siempre. Las críticas alababan las posibilidades contrafactuales del cine para reconstruir una historia que no salió como hubiésemos querido que ocurriese: “Me porté mal, pero en el fondo, mi verdadero yo es este de aquí. Ay, lo que pudo haber sido y no fue.”

No pude evitar sospechar de esta expiación, y de lo impostados que me parecían ambos autorretratos. 

Lo difícil que es dar con el ángulo desde el que uno tiene que mirarse. El director no podía ser tan virtuoso como en esa segunda representación, y posiblemente tampoco tan malvado como en la primera. 

Probablemente el director de la primera parte no sea tan impotente como cree para controlar sus instintos egoístas, mientras que afirmaría que casi hay más falsedad en la pureza del amor que le jura nada más conocerla en la segunda parte. 

Los actores Jung Jae-young y Kim Min-hee

¿Qué forma de expiación es una en la que uno se imagina en el fondo puro, sin tacha ninguna en su actuación? ¿Qué forma de vivir es aquella en la que uno se da como irremediablemente fracasado para cambiar sus actos? 

El subjuntivo en el que pensé cuando encendieron las las luces fue: ojalá le hubiera preguntado a ella.

 
Por Irene Serrano Neiva
 
Esta crítica ha sido posible gracias a consultorseomalaga.com.

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