Crítica de A Hundred Flowers (2022): reseña y opinión de la película

“Lirismo medido al milímetro”

Puntuación ⭐⭐⭐⭐✪ (4/5)

Crítica de Juan Pablo Bargueño

El prejuicio más generalizado sobre la sociedad japonesa es su exacerbado recatamiento. Esta característica cultural ha sido proyectada en el arte japonés más popular, distintivo por su aparente estilo sobrio que acaba por convertirse en una explosión de intensidad emocional. En el caso del séptimo arte, las historias siempre han jugado con lo secreto o con aquello invisible que persigue a los personajes, constriñendo su corazón.

Aquello del pasado, tan pesado y desconsolador es algo que se ha visto en el cine más clásico como el de Akira Kurosawa, Masaki Kobayashi o Yasujirō Ozu, como también en el contemporáneo de la mano de Ryūsuke Hamaguchi o Hirokazu Kore-eda. Si algo tienen en común es que en su filmografía hay algo que ronda en los recuerdos; la calma antes de la tormenta, el desasosiego del alma por algo irrecuperable.

Puede que la respuesta a la grandeza del cine esté en su lenguaje universal, pues la mirada, que es la misma para todos, es mucho más cautivadora y menos dañina que las palabras. Esta no conoce de barreras y conmueve a todos por igual. Habría que tener esto en cuenta con A Hundred Flowers (2022), debut cinematográfico de Genki Kawamura en una adaptación de su novela Hyakka (2019), que llegará a las salas el próximo viernes 16 de junio.

Crítica A Hundred Flowers, opiniones y reseña

Póster de la cinta

Yuriko (Mieko Harada) padece de demencia. Su hijo, Izumi (Masaki Suda), intenta rehuir de ella por culpa de un trauma de la infancia. En este momento en el que Yuriko empieza a empeorar e Izumi está punto de ser padre, su relación se verá afectada por un pasado que tendrá que ser recordado para zanjar los problemas entre ambos.

Lirismo audiovisual

El relato de A Hundred Flowers se construye poco a poco. Como si se tratase de un poema, las ideas se intercalan en un proceso continuo y calmoso; las palabras componen lo que acaba siendo una expresión fugaz llena de vida y color. De esta forma, el tratamiento de la degradación de la memoria se ejecuta inteligentemente con loops muy bien realizados, al igual que el pasado, proyectado en pequeñas pinceladas intrincadas que dotan de dramatismo a la cinta.

Tráiler de A Hundred Flowers (2022)

El amor y el miedo flotan como elementos fundamentales de la vida, donde cada paso que se da va seguido de una duda y un sueño. Se podría decir que Kawamura es un poeta que no le teme a rebajar el ritmo en los momentos de introspección, como tampoco a desatar un precioso caos interior cuando la desesperación aflora. Su simbolismo eriza la piel, y llega a crear momentos de una sensibilidad tal, que consigue la extenuación de los sentidos más bella posible.

Lo justo y necesario

El tema de la demencia podría haber llegado a ser algo perjudicial para el filme si la posición a la hora de representar la enfermedad se hubiese exagerado sobremanera para conseguir un efecto dramático facilón. Sin embargo, algo que caracteriza a la película es lo bien constituida que está. Se nota que, desde un principio, Kawamura y Kentaro Hiraso sabían hacia dónde se dirigían al escribir el guion. No hay nada en A Hundred Flowers que sobre, al igual que no hay nada que falte. Todo lo que rodea a los personajes se construye bajo el prisma de una falsa sencillez.

También, el tratamiento de la redención juega en terreno pantanoso y se plantean ciertas preguntas. Me gusta, porque es muy fácil saber qué está bien y qué está mal, pero las películas son más interesantes cuando, al salir de la sala, te dejan pensando. ¿Qué son esos impulsos que no nos dejan estar satisfechos? ¿Deberíamos hacer caso a nuestro corazón? En este sentido, la cinta explora la redención, alejándose de lo heroico o lo humillante, y acercándose más a lo humano.

Conclusión

La racha de películas mediocres en lo que prometía ser un año de grandes títulos hace que a uno le entre la desilusión. A pesar de ello, películas como A Hundred Flowers sirven para demostrar, una vez más, lo maravilloso que es el cine. Es sencilla, preciosa, sensible, y encuentra un fabuloso punto de equilibrio entre lo intenso y lo calmado. Genki Kawamura ejecuta a la perfección todo lo que requiere la historia a cada momento, haciendo uso de lo sensorial, que apela a lo físico, al pasado, y a la memoria que se difumina a través de un cristal translúcido.

Ficha técnica:

Hyakka (2022)

  • Japón
  • Duración 104 min.
  • Dirección: Genki Kawamura
  • Guion: Genki Kawamura y Hirase Kentaro
  • Música: Shohei Amimori
  • Dirección de fotografía: Keisuke Imamura
  • Productora: AOI Pro, Toho. Distribuidora: Avalon
  • Género: Drama

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